Spanish Language Route

domingo, 3 de mayo de 2015

ORACIONES PARA ANÁLISIS SINTÁCTICO PROPUESTAS EN LA SELECTIVIDAD DEL CURSO 2010-2011

  1. En las grandes ciudades los alcaldes no toman medidas de restricción del tráfico, aunque los índices de polución superan el nivel recomendable.

  1. Los individuos esperanzados que mantienen un sentido de futuro, confían en que encontrarán rápidamente un consuelo.

  1. La depredación desempeña un papel muy importante en el ecosistema porque permite la circulación de la materia y de la energía entre los distintos niveles de organización del mismo.

  1. La situación financiera de la presidenta de Madrid ha debido de empeorar desde que reveló que no llegaba a fin de mes.

  1. Cuando te preguntan cómo estás, has de responder con convicción y firmeza que estás muy bien.

  1. Imaginen que un día el ayuntamiento decidiera contactar con personas que duermen en la calle para repartir la cantidad presupuestada.

  1. La modulación permite aprovechar mejor el canal de comunicación ya que posibilita transmitir más información en forma simultánea por un mismo canal.


  1. Me temo que muchos pensarán que suicidarse por un perro es de chiflados.

jueves, 9 de abril de 2015

ORACIONES PARA ANÁLISIS SINTÁCTICO PROPUESTAS EN LA SELECTIVIDAD DEL CURSO 2009-2010

  1. Es evidente que un reconocimiento completo nos ocupará siglos, pero llegará un día en que Marte esté totalmente explorado.

  1. El mismo informe adelanta que en los próximos años los adolescentes solo compartirán el 5% de su tiempo con sus familiares, aunque pasarán más rato en el hogar.

  1. Si antes se fotografiaban las bodas y los bautizos, en la actualidad el videoaficionado graba las catástrofes naturales y los choques de trenes.

  1. La muchacha belga ha organizado un gran escándalo en el Parlamento porque llevaba el pañuelo islámico en la cabeza.

  1. Aunque la convivencia plantea desafíos, los inmigrantes que han llegado a España nos han aportado experiencias nuevas.

  1. Cuando nos sirvieron el postre, mi amigo estaba verde, porque la cucaracha inalámbrica no había sonado en toda la comida.

  1. Los nacionalistas han cogido en esta ocasión la sartén por el mango y se aprovechan de la debilidad general de la sociedad para dar un golpe injusto a la fiesta.


  1. Te miran con cara descreída cuando les explicas que nunca se había celebrado esa noche. 

viernes, 27 de febrero de 2015

LA COMUNICACIÓN

La comunicación humana y sus elementos. El signo lingüístico: componentes y características. El lenguaje verbal y sus funciones.

1. La comunicación. Elementos que intervienen en el proceso comunicativo

            La comunicación es un proceso por medio del cual se produce un intercambio de información entre dos o más interlocutores en una situación determinada.
            Para que pueda darse la comunicación tienen que estar presentes una serie de elementos que hacen posible el proceso, todos ellos imprescindibles. Podemos reconocerlos en el siguiente esquema:


  • El emisor es el que codifica el mensaje y se lo hace llegar al receptor.
  • El receptor recibe el mensaje codificado por el emisor y lo descodifica.
  • El mensaje es aquello que el emisor quiere comunicar al receptor.
  • El código es el sistema de signos empleado por el emisor, que debe ser conocido igualmente por el receptor, ya que, de lo contrario, no habría comunicación.
  • El canal es el medio por el que discurre el mensaje.
  • El contexto es la situación comunicativa en la que se encuentran el emisor y el receptor. Algunos mensajes podrán tener significados diferentes en función del contexto.
             En una nota pegada en la puerta del frigorífico leemos: “No hay leche”. Entendemos entonces que el emisor (alguien que vive con nosotros) tiene la intención de comunicarnos la necesidad de comprar leche (el mensaje) y ha utilizado un código común (la lengua española) y un canal concreto (el trozo de papel adherido al frigorífico). Nosotros somos el receptor, y el contexto es la cocina en la que se encuentra el frigorífico. Este mismo mensaje, pegado en el andamio de una obra, carecería de sentido, ya que el contexto no sería el adecuado.
            La comunicación puede verse limitada por la presencia del ruido. Llamamos ruido a cualquier obstáculo que, de una u otra manera, impida el correcto desarrollo del proceso comunicativo. Interferencias en la línea telefónica o en el televisor, una página arrancada en un libro o una moto que pasa cuando hablamos con alguien en la calle son algunos posibles ruidos.
            Para contrarrestar cualquier tipo de ruido, la teoría de la comunicación emplea la redundancia, que consiste en una repetición de elementos de cara a solventar los problemas comunicativos. Hay redundancias propias del sistema, como en Yo estoy cansado, donde el pronombre “yo” no es necesario, ya que se entiende que es la primera persona quien está hablando. Por otro lado, repetir de nuevo lo que hemos dicho y no ha sido escuchado por alguna interferencia también sería una redundancia.

2. Significante y significado

            El signo es una entidad dual, compuesta por dos elementos inseparables: el significante y el significado.
  • El significante es la parte externa o formal del signo, aquello que percibimos por los sentidos: las letras que componen la palabra casa (c-a-s-a), el plano de una ciudad, etc.
  • El significado se aquello que nosotros entendemos al percibir el significante: casa; edificio para ser habitado, la ciudad representada en el plano. 
Plano de Venecia

Resultado de imagen de SÍMBOLO DEL RECICLAJE
Símbolo de reciclaje

         Tanto el plano de Venecia como el símbolo del reciclaje son sendos significantes que remiten a una idea mental que sería el significado; la propia ciudad de Venecia y el concepto de reciclaje de residuos.

3. Tipos de signos. El signo lingüístico y sus características

            Definimos el signo como un elemento que se puede percibir por los sentidos y que, por sí solo o unido a otros signos, sirve para la comunicación. Como acabamos de decir, se compone de un significante y un significado.
            Podemos clasificar los signos según dos criterios:

Por el sentido por el que se perciben. Pueden ser motivados o inmotivados, según la intención comunicativa del emisor. Muchos de ellos tienen un gran poder evocador (por ejemplo un perfume que nos recuerda a aguien).
  • Auditivos: el timbre del teléfono, la alarma de incendios, el lenguaje oral, etc.
  • Visuales: las señales de tráfico, la lengua escrita, etc.
  • Olfativos: un perfume, el olor a tabaco en una habitación, etc.
  • Gustativos: el sabor de una manzana, lo amargo, lo salado, etc.
  • Táctiles: lo suave, lo áspero, las formas, etc.

Por la relación entre el significante y el significado
  • Iconos: la relación entre el significante y el significado es de identidad o semejanza. El plano que antes hemos visto sería un icono, como lo serían una fotografía, una caricatura o un dibujo esquemático de la figura humana (como el que permite el paso a los peatones en un semáforo).
  • Indicios: el significante y el significado tienen una relación de causa / efecto. Por ejemplo, el humo que sale de una chimenea, las lágrimas o el olor a tabaco. Las lágrimas son el significante (efecto) y la tristeza es el significado (causa).
  • Símbolos: la relación entre el significante y el significado es arbitraria o convencional; es decir, no hay una relación lógica entre ambos, aunque en algunos casos sí exista un vínculo lejano que dé sentido al símbolo. Por ejemplo, el signo lingüístico podría incluirse en la categoría de los símbolos, ya que entre el significante casa y su significado no existe relación lógica ni un vínculo lejano. Una prueba de ello es que el mismo concepto cambia de significante en otras lenguas: maison (francés), house (inglés). Sin embargo, en algunos símbolos sí existe ese vínculo: la balanza simboliza la justicia, y no podría ser sustituida por otro símbolo cualquiera (un zapato, por ejemplo), pero tampoco existe una relación de identidad, como en los iconos.
             Carpintero, charpentier, falegname y fuster son palabras que tienen el mismo significado en español, francés, italiano y catalán respectivamente; podríamos, incluso, inventar una lengua en la que ese significado se representara con el significante prastero, por ejemplo: si lo asociamos al significado de carpintero nos valdría; es decir, valdría cualquier significante, cosa que no sucede con el símbolo de la justicia arriba comentado.

3.1. El signo lingüístico y sus características

            Como acabamos de ver, el signo lingüístico forma parte de la categoría de los símbolos, aunque con los matices que hemos expresado. Tan solo un tipo de palabras podría quedar fuera de este grupo e incluirse en el de los iconos: se trata de las onomatopeyas, que buscan la representación gráfica de un sonido y, por lo tanto, la relación entre el significante y el significado es de semejanza o de identidad. Así ocurre con onomatopeyas como guau, miau, zas, pum, etc., o con palabras que parecen “sonar”, como rasgar, crepitar, susurrar... En ellas se percibe cierta cercanía entre el significante y el significado.
            El signo lingüístico tiene las siguientes características:
  • Arbitrariedad: acabamos de referirnos a ella; la relación entre el significante y el significado es inmotivada o convencional (excepto en las onomatopeyas).
  • Linealidad: los signos lingüísticos se presentan de manera lineal; es decir, no se pueden superponer ni presentar simultáneamente, ni en el lenguaje oral ni en el escrito, a diferencia, por ejemplo, de los signos musicales, que sí se superponen, dando lugar a melodías armónicas que pueden combinarse y sonar a la vez.
  • Doble articulación: el discurso escrito (y oral) puede fraccionarse en función de aspectos estructurales internos, dando lugar a dos articulaciones; la primera se relaciona con los monemas: Las niñas juegan alegres Ò La-s niñ-a-s jueg-an alegre-s; la segunda se basa en los fonemas: L-a-s  n-i-ñ-a-s  j-u-e-g-a-n  a-l-e-g-r-e-s.
  • Mutabilidad e inmutabilidad: en su contradicción, estas dos propiedades son posibles, ya que el signo lingüístico es mutable en su proyección temporal; la palabra hijo, durante la Edad Media, se escribía fijo. Sin embargo es inmutable porque el hablante no puede cambiarlo a su gusto: debe usarlo tal y como lo ha heredado.
 4. Lenguaje verbal y lenguaje no verbal

            Llamamos lenguaje verbal al que se basa en el empleo de las palabras, ya sea en el plano escrito o en el plano oral; por el contrario, el lenguaje no verbal es el que se expresa sin el uso de las palabras, por medio de gestos y otros aspectos ligados a la comunicación y ajenos a la palabra.
            Existen varios códigos no verbales, de entre los que vamos a destacar los siguientes:
a)      Códigos cinésicos (o kinésicos): son los que tienen como base los gestos y el movimiento corporal en general. Se pueden utilizar por sí solos, pero por lo general se usan de manera simultánea con los códigos verbales. Van ligados a las expresiones del rostro, al movimiento de los brazos y las piernas, a la posición del cuerpo, a la forma de vestir, al perfume, etc.

Códigos kinésicos de tipo facial       

b)      Códigos proxémicos: se relacionan con la distancia que separa a los interlocutores, que varía según las circunstancias que los rodean. Se suelen estudiar cuatro tipos de distancia: íntima, personal, social y pública, y todas ellas dependen de la relación que existe entre los interlocutores y de la situación comunicativa, desde una conversación privada a una conferencia o un mitin.

Proxémica

c)      Códigos paralingüísticos: tienen que ver con aspectos propios de la pronunciación o de la emisión de la voz, pero no con el uso de la palabra. Entre otros, podemos destacar el volumen de voz empleado, el tono (agudo o grave), la mayor o menor rapidez a la hora de hablar, etc.

d)    Códigos cronémicos: se ocupan del análisis de la concepción del tiempo, de su estructuración, su uso y su duración en las diferentes situaciones comunicativas y en las diferentes culturas. Así, hay un tiempo social, que dicta la duración de una visita, los horarios de las comidas según cada lugar o las horas más adecuadas para telefonear a una persona. Los conceptos pronto-tarde varían según los hábitos sociales de los diferentes países.

5. Las funciones del lenguaje

            Con este nombre conocemos los diferentes usos del lenguaje por parte del ser humano. En ellos se observará siempre la intención comunicativa del hablante y nos servirán para entender mucho mejor el proceso comunicativo.
            Podemos hablar de seis funciones del lenguaje, conectadas con los elementos de la comunicación:
a)      Expresiva o emotiva: se relaciona con el emisor y pretende comunicar emociones, sentimientos, estados de ánimo, etc. Predomina la subjetividad: La noche es el mejor momento del día.
b)      Referencial o representativa: relacionada con el contexto o situación. En ella está presente la objetividad, ya que se emplea para hablar de lo demostrable, sin que intervenga en absoluto la opinión del emisor: La noche es el final del día.
c)      Apelativa o conativa: centrada en el receptor, pretende modificar el comportamiento de este y llamar su atención sobre algo concreto: Elvira, ven aquí, por favor.
d)     Fática o de contacto: incide en el canal y persigue comprobar que este funciona correctamente. A menudo puede aparecer ligada a la función apelativa: ¿Se oye bien...?
e)      Metalingüística: recae en el código y sirve para hablar sobre él mismo: se emplea la lengua para hablar de la lengua: El verbo es el núcleo del sintagma verbal.
f)       Poética o estética: se relaciona con el mensaje y consiste en hacer que este sea más bello. Tiene la misión de adornar el mensaje, de darle una forma artística. Es propia de la literatura, pero también está presente, por ejemplo, en la publicidad: La cebolla es escarcha cerrada y pobre (Miguel Hernández).


            A veces, pueden aparecer varias funciones en un mismo texto, pero, según la naturaleza de este, predominará una u otra.